Las tarjetas SD organizan los datos en bloques, y cada bloque se divide en secciones más pequeñas llamadas páginas. Un controlador de almacenamiento se encarga de la escritura y la lectura de las páginas, pero solo puede borrar bloques enteros cada vez. Cuando se utiliza por primera vez una tarjeta SD, guardar datos resulta rápido y sencillo porque todas las páginas están vacías.
Sin embargo, a medida que la tarjeta se llena, el controlador se ve obligado a mover datos y borrar bloques enteros para hacer sitio a la nueva información. Este proceso de escritura y borrado de datos se conoce como ciclo de P/E (programación/borrado, del inglés «program/erase»). Cada ciclo provoca pequeños daños físicos en las celdas de datos de la tarjeta y, con el tiempo, esto puede generar errores y acabar inutilizando un bloque.
La resistencia de una tarjeta SD, es decir, su vida útil o los ciclos de P/E puede soportar antes de empezar a fallar depende del tipo de celdas de memoria que utilice, de su tamaño y de la capacidad de bits de cada celda. Las tarjetas que almacenan más bits por celda suelen soportar menos ciclos de P/E.
Elegir una tarjeta SD con mayor capacidad de almacenamiento puede ayudar a compensar los inconvenientes de tener menos ciclos de P/E. El motivo es que, al aumentar el espacio, cada ciclo dura más, lo que prolonga la vida útil de la tarjeta.